3 nov 2025
Fijaciones para paneles fotovoltaicos: guía europea sobre estructuras de montaje, soportes y perfiles
Tipos, materiales y estándares europeos para sistemas de montaje solar seguros, eficientes y perdurables en tejados, en el suelo y para aparcamientos cubiertos de coches eléctricos.
Cada sistema fotovoltaico eficiente parte de una base sólida: el sistema de fijación.
Esta estructura, a menudo invisible pero fundamental, garantiza la estabilidad, seguridad y durabilidad a lo largo del tiempo, manteniendo los módulos bien anclados y orientados para captar mejor la luz solar.
En Europa, el diseño de las fijaciones sigue estándares rigurosos para resistir al viento, la nieve y las variaciones térmicas, asegurando un rendimiento constante durante más de 25 años.
Ya se trate de techos planos, inclinados, instalaciones en tierra o marquesinas, elegir el sistema de montaje adecuado significa proteger la inversión y maximizar el rendimiento energético.
Principios de diseño: cargas de viento y nieve según los Eurocódigos
Diseñar un sistema de fijación para paneles solares significa mucho más que sujetar módulos a una superficie. Es un trabajo de ingeniería que debe considerar fuerzas estáticas y dinámicas, variaciones térmicas y condiciones climáticas extremas. En Europa, las referencias principales se encuentran en los Eurocódigos EN 1991 (Acciones en las estructuras) y EN 1993/EN 1090 (Estructuras de acero y aluminio).
Dimensionado y acciones ambientales
La carga del viento representa una de las fuerzas más críticas. En las regiones costeras o montañosas, las ráfagas pueden generar tensiones superiores a 1.000 N/m². Por tanto, el sistema de fijación debe ser capaz de resistir fuerzas de levantamiento (uplift) y de corte (shear) que tienden a mover o rotar los módulos.
Los Eurocódigos proporcionan parámetros para calcular estas cargas en base a:
altura del edificio o del terreno de instalación;
exposición al viento (abierta, urbana o protegida);
inclinación y forma del techo;
densidad del aire y turbulencias locales.
De la misma manera, la carga de nieve puede variar desde pocos kilogramos por metro cuadrado en las regiones mediterráneas hasta más de 200 kg/m² en los países escandinavos o alpinos. Por ello, la estructura debe ser verificada no solo a la tracción, sino también a la flexión y a la carga concentrada.
Dilataciones térmicas y vibraciones
Los materiales metálicos, como el acero y el aluminio, sufren dilataciones con las variaciones de temperatura. Un proyecto preciso debe prever juntas de dilatación y sistemas de anclaje que permitan pequeños movimientos sin comprometer la estabilidad o causar tensiones en los módulos.
También las vibraciones causadas por el viento o eventos sísmicos menores pueden, a largo plazo, aflojar las conexiones: por eso se utilizan arandelas dentadas, pares de apriete controlados y tornillería de clase adecuada.
Corrosión y ambientes agresivos
En zonas costeras, industriales o particularmente húmedas, la corrosión puede reducir drásticamente la vida útil de las fijaciones. Las normas EN ISO 12944 clasifican los niveles de corrosividad ambiental de C1 (muy baja) a CX (extremadamente alta), definiendo los tratamientos superficiales necesarios para garantizar una vida útil de 25 o 50 años.
En resumen, el diseño estructural de un sistema de fijación no se limita al aspecto mecánico, sino que es un proceso complejo que integra cálculo, materiales, ambiente y mantenimiento a lo largo del tiempo.
Tipos de fijaciones para techos planos: estructuras lastradas (ballast) y ancladas
Los techos planos son una de las superficies más comunes para la instalación de sistemas fotovoltaicos, especialmente en edificios comerciales, industriales o de apartamentos. Aquí se utilizan principalmente sistemas lastrados o anclados, diseñados para evitar perforaciones en la cubierta y garantizar la máxima impermeabilidad.
Sistemas lastrados
Las estructuras lastradas se basan en marcos metálicos inclinables que se estabilizan con bloques de cemento o grava, evitando perforaciones de la membrana del techo.
Las ventajas principales son:
instalación rápida y no invasiva;
ausencia de riesgos para la impermeabilización;
posibilidad de ajustar fácilmente la inclinación y orientación.
Sin embargo, los lastres deben dimensionarse en función de la carga del viento y la resistencia de la cubierta: un exceso de peso puede comprometer la estabilidad del techo, mientras que un subdimensionamiento puede causar el levantamiento de los módulos en caso de vientos fuertes.
Sistemas anclados
Como alternativa, los sistemas anclados utilizan puntos de fijación mecánicos directamente conectados a la estructura portante del techo (por ejemplo, vigas o chapa ondulada).
Aunque requieren más atención en la fase de instalación, garantizan una sujeción superior al viento y menor necesidad de lastre. Se recomiendan en áreas ventosas o en edificios con cargas estructurales limitadas.
Optimización de la inclinación
En techos planos, la inclinación de los paneles se establece entre 10° y 30°, dependiendo de la latitud y del objetivo de rendimiento. Las estructuras modernas también permiten configuraciones “a vela” o “a doble vertiente”, que reducen el sombreado mutuo y mejoran la producción.
En cualquier caso, las fijaciones deben ser de aluminio anodizado o acero galvanizado, con juntas resistentes a la corrosión y juntas de EPDM para garantizar el aislamiento a lo largo del tiempo.
Fijaciones para techos inclinados: ganchos bajo teja, soportes ajustables y perfiles de aluminio
Los techos inclinados son típicos de los edificios residenciales europeos. Aquí el sistema de fijación debe adaptarse a una amplia gama de cubiertas: tejas, tejuelas, chapas onduladas o paneles sándwich.
Componentes principales
Un sistema de fijación estándar para techo inclinado está compuesto por:
ganchos bajo teja o bajo tejuela, anclados a las vigas del techo;
perfiles de aluminio a los que se sujetan los módulos;
soportes ajustables que compensan las irregularidades de la cubierta;
abrazaderas centrales y terminales para bloquear los paneles.
El objetivo es garantizar una conexión mecánica sólida sin comprometer la impermeabilidad del techo. Por esto, cada agujero debe sellarse con juntas y membranas impermeables certificadas.
Compatibilidad y seguridad
Cada tipo de cubierta requiere soluciones dedicadas. Para las tejas, por ejemplo, los ganchos deben seguir el perfil de la curvatura; para los techos de chapa ondulada, se utilizan abrazaderas o tornillos autorroscantes con juntas integradas.
La calidad de los materiales y la precisión en la instalación son fundamentales para evitar infiltraciones, deslizamientos o esfuerzos anómalos.
Ventajas del aluminio
El aluminio anodizado es el material más común para los perfiles debido a su ligereza y resistencia a la corrosión. Además de reducir el peso total sobre el techo, permite una colocación rápida y modular, con sistemas preensamblados que reducen los tiempos de montaje hasta un 40%.
Las estructuras para techos inclinados deben cumplir con la norma EN 1090, que define los requisitos para la ejecución y el marcado CE de las estructuras metálicas.
Estructuras de montaje en tierra: cimientos de hormigón, tornillos de anclaje y anclajes
Para instalaciones de gran tamaño – agrícolas, industriales o parques solares – la solución más eficiente suele ser el montaje en tierra. En estos casos, los sistemas de fijación en tierra garantizan la máxima flexibilidad de orientación y mantenimiento.
Sistemas fijos y seguidor
Las estructuras fijas son la opción más económica y confiable. Los paneles se montan en filas paralelas con inclinación optimizada según la latitud.
Los seguidores solares, en cambio, permiten el movimiento de los módulos para seguir el sol durante el día, aumentando la producción hasta un 25%. Sin embargo, requieren una estructura más compleja, motorizada y con mantenimiento más frecuente.
Tipos de fundación
El tipo de fundación depende de la naturaleza del terreno:
tornillos de anclaje: adecuados para terrenos compactos o de grava, permiten una instalación rápida sin excavación;
cimientos de hormigón: ideales para terrenos inestables o para instalaciones de larga duración;
anclajes directos: utilizados en terrenos rocosos o arenosos, donde los tornillos no son adecuados.
La estructura portante debe diseñarse en acero galvanizado en caliente o aluminio estructural, con juntas de acero inoxidable para evitar la corrosión galvánica.
Optimización del espacio
Un aspecto a menudo subestimado es el interespaciado, es decir, la distancia entre las filas de módulos. Debe calcularse para evitar sombras, permitir el paso de técnicos y cumplir con las normas nacionales de incendio.
Las fijaciones en tierra están sujetas a mayores fuerzas de viento que los techos, por lo que el dimensionamiento de los perfiles y los anclajes es crucial para la estabilidad general.
Marquesinas y carports fotovoltaicos: integración arquitectónica y resistencia a las cargas
Las marquesinas y carports fotovoltaicos representan una de las aplicaciones más versátiles de los sistemas de fijación. Combinan funcionalidad y diseño, ofreciendo protección para vehículos y personas, pero también producción de energía renovable.
En los últimos años, cada vez más empresas y particulares en Europa eligen este tipo de soluciones para aparcamientos empresariales, condominios o áreas públicas. A diferencia de los sistemas tradicionales en el techo, aquí la estructura de fijación no es solo un soporte técnico: se convierte en parte integral de la arquitectura.
Diseño estructural y cargas
El diseño de una marquesina fotovoltaica requiere la misma atención ingenieril que una pequeña estructura edilicia.
Debe soportar el peso de los módulos, la presión del viento y la acumulación de nieve, pero también la carga accidental de técnicos de mantenimiento o sistemas de limpieza.
Las vigas principales son generalmente de acero galvanizado o aluminio extruido, con uniones atornilladas o soldadas conforme a la EN 1090.
En zonas sujetas a viento fuerte o nieve abundante, los cálculos deben considerar combinaciones de carga complejas. En muchos casos se utilizan arriostramientos diagonales y columnas con sección aumentada para evitar inestabilidades torsionales.
Integración estética y funcional
Un carport fotovoltaico moderno no es solo eficiente, sino también estéticamente cuidado. Los perfiles delgados, las coberturas integradas y los acabados anodizados permiten una integración armoniosa con el entorno.
Muchos modelos también incluyen sistemas de canalización para la eliminación de aguas pluviales, evitando infiltraciones o acumulaciones no deseadas.
Además de la función de soporte, la estructura puede albergar sistemas de carga para vehículos eléctricos (EV charger), iluminación LED o sensores inteligentes.
Este enfoque, cada vez más común, transforma la marquesina en una micro-infraestructura energética eficiente y autónoma.

Materiales para los sistemas de fijación: aluminio anodizado, acero galvanizado e inoxidable
La elección de los materiales influye directamente en la durabilidad y la seguridad del sistema de fijación. En Europa, los materiales más utilizados son aluminio anodizado, acero galvanizado en caliente y acero inoxidable.
Aluminio anodizado
El aluminio es ligero, resistente y fácil de trabajar. La anodización aumenta su resistencia a la corrosión y garantiza un acabado estético uniforme.
Es ideal para techos planos e inclinados, donde la ligereza reduce la carga sobre la cubierta.
Entre las ventajas principales:
facilidad de corte y perforación;
resistencia a los agentes atmosféricos;
reciclabilidad total, en línea con los objetivos de sostenibilidad europeos.
Sin embargo, el aluminio tiene una rigidez inferior al acero: en las estructuras de gran tamaño puede ser necesario aumentar las secciones para evitar deformaciones.
Acero galvanizado en caliente
El acero galvanizado es una solución robusta y económica. La galvanización en caliente (EN ISO 1461) crea una protección contra la corrosión mediante un revestimiento de zinc fundido.
Es la elección preferida para instalaciones en tierra o para marquesinas de gran tamaño, donde la resistencia mecánica es prioritaria.
La duración media supera los 25 años, con un mantenimiento mínimo.
El único límite es el peso, que hace menos fácil el manejo en el sitio. Sin embargo, las modernas técnicas de prefabricación y montaje modular reducen notablemente los tiempos de instalación.
Acero inoxidable
Para ambientes de alta corrosividad – como zonas costeras, puertos o sitios industriales – el acero inoxidable (AISI 304 o 316) es la mejor opción.
Ofrece una resistencia excepcional a la lluvia, la salinidad y las variaciones térmicas, garantizando una vida útil superior a los 30 años.
Aunque más costoso, su uso se compensa con el tiempo gracias a la escasa necesidad de mantenimiento.
Nuevos materiales y recubrimientos
La investigación está llevando a la introducción de aleaciones compuestas y recubrimientos nanotecnológicos que mejoran la adhesión y la resistencia a los agentes atmosféricos.
También el uso de tornillería con tratamientos pasivantes (zinc-níquel, Dacromet, Geomet) contribuye a prolongar la vida útil de las conexiones mecánicas.
Compatibilidad mecánica y eléctrica con los módulos fotovoltaicos
Un aspecto a menudo descuidado es la compatibilidad entre fijaciones y módulos. El sistema de montaje debe respetar las tolerancias dimensionales de los marcos de los paneles y garantizar el correcto contacto eléctrico para la puesta a tierra.
Abrazaderas y perfiles
Las abrazaderas centrales y terminales deben adaptarse al grosor del marco del módulo, generalmente entre 30 y 40 mm.
Deben asegurar una distribución uniforme de la carga, evitando presiones excesivas sobre el vidrio.
Los perfiles deben ofrecer un soporte continuo y estable, con juntas de dilatación para compensar los saltos térmicos.
Conexiones eléctricas
En muchos países europeos, las normativas requieren la puesta a tierra equipotencial de los marcos metálicos para prevenir riesgos de descargas o arcos eléctricos.
Las abrazaderas deben ser conductivas y cumplir con las normas IEC 62548, que definen los requisitos para la instalación eléctrica de los sistemas fotovoltaicos.
Un mal contacto eléctrico puede generar resistencias de dispersión o corrientes parásitas, reduciendo la eficiencia del sistema. Por tanto, es fundamental utilizar componentes certificados y compatibles entre sí.
Normativas y marcados: EN 1090, requisitos CE y guías nacionales
Cada sistema de fijación instalado en Europa debe cumplir una serie de normas técnicas armonizadas y poseer el marcado CE.
EN 1090 – Estructuras de acero y aluminio
Esta norma europea establece los requisitos para el diseño, fabricación y control de las estructuras metálicas.
Todos los componentes portantes deben ser trazables, producidos por empresas certificadas y acompañados por una Declaración de Prestaciones (DoP).
Sin la conformidad EN 1090, una estructura no se puede comercializar legalmente en la Unión Europea.
EN 1991 – Eurocódigo 1
Define las acciones del viento, nieve y cargas accidentales. Es la referencia para calcular la resistencia mecánica del sistema de fijación en cualquier zona climática europea.
Cada Estado miembro puede introducir parámetros nacionales adicionales (por ejemplo, coeficientes de seguridad o mapas del viento).
EN ISO 12944 – Protección contra la corrosión
Establece los criterios de diseño, pintura y mantenimiento para garantizar la durabilidad deseada según la clase de exposición (de C1 a CX).
El objetivo es asegurar que el sistema mantenga su integridad durante toda la vida útil del sistema, generalmente 25–30 años.
Certificaciones complementarias
Además de los estándares europeos, algunos países adoptan normas adicionales, como las DIN alemanas o las NF francesas, que establecen requisitos de prueba más rigurosos.
Un fabricante confiable debe poder proporcionar todos los documentos de conformidad, incluidos certificados de prueba, hojas técnicas y reportes de inspección.
Criterios de selección: costo, eficiencia y retorno de la inversión
Elegir el sistema de fijación correcto significa encontrar el equilibrio adecuado entre costo inicial, prestaciones mecánicas y durabilidad en el tiempo.
Una fijación económica puede parecer ventajosa al inicio, pero si no está certificada o no es adecuada para el contexto ambiental, puede generar altos costos de mantenimiento o, peor aún, daños a los módulos.
Evaluación técnica
Antes de la elección es necesario analizar:
tipo de superficie e inclinación;
cargas de viento y nieve locales;
condiciones ambientales (humedad, salinidad, variaciones térmicas);
facilidad de instalación y accesibilidad para el mantenimiento.
Análisis económico (TCO)
El Total Cost of Ownership considera todo el ciclo de vida del sistema: compra, instalación, mantenimiento y durabilidad.
Un sistema en acero inoxidable, por ejemplo, puede costar un 20–30% más al momento de la compra, pero requerirá menos mantenimiento y garantizará una vida útil doble que uno de acero galvanizado.
Eficiencia y productividad
El sistema de montaje también influye en el rendimiento energético. Una inclinación óptima u orientación precisa de los módulos puede aumentar la producción anual hasta un 10%.
Una fijación bien diseñada también reduce el acumulamiento de suciedad y facilita el desalojo de las aguas pluviales.
Buenas prácticas de instalación y mantenimiento
La eficacia de un sistema de fijación depende tanto de la calidad de los materiales como de la competencia del instalador.
Estas son algunas buenas prácticas recomendadas en toda Europa:
Utilizar siempre componentes certificados CE.
Aplicar los pares de apriete indicados por el fabricante.
Evitar el contacto directo entre metales diferentes para prevenir la corrosión galvánica.
Sellar cada punto de penetración con juntas de EPDM o silicona neutra.
Realizar controles visuales periódicos para detectar aflojamientos o corrosión.
Después de eventos meteorológicos intensos (granizo, viento fuerte, nevadas), se recomienda una inspección técnica para verificar la estabilidad y la continuidad de las estructuras.
Innovación en los sistemas de fijación: modularidad y sostenibilidad
El sector de las fijaciones fotovoltaicas está en constante evolución.
Las tendencias más recientes se centran en sistemas preensamblados, diseños aerodinámicos y materiales sostenibles.
Los módulos preensamblados reducen en un 50% el tiempo de instalación, mientras que los perfiles aerodinámicos disminuyen la resistencia al viento, permitiendo el uso de menos lastre.
El uso de aluminio reciclado y acero con bajas emisiones de carbono también contribuye a mejorar la huella ambiental del sistema, en línea con los objetivos europeos de neutralidad climática para 2050.
También el Building Integrated Photovoltaics (BIPV) — la integración de los paneles directamente en los elementos de construcción — está revolucionando la forma de concebir la fijación, haciendo que la estructura ya no sea un accesorio, sino parte integral de la arquitectura.
Criterios europeos para un sistema de fijación seguro, eficiente y duradero
Un sistema fotovoltaico es tan eficiente como lo es la estructura que lo sostiene.
Un sistema de fijación diseñado según las normas europeas, construido con materiales certificados e instalado con precisión técnica, garantiza seguridad, eficiencia y sostenibilidad durante décadas.
Desde la elección de los materiales hasta el mantenimiento periódico, cada detalle cuenta.
Seguir las mejores prácticas y confiar en fabricantes e instaladores calificados es la clave para lograr una inversión duradera, segura y en línea con los estándares europeos.
En una Europa que se dirige decididamente hacia la transición energética, los fijaciones para paneles fotovoltaicos representan no solo un elemento técnico, sino un pilar de la nueva arquitectura de la energía limpia.
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